Saturday, May 13, 2017

Su padre la violó repetidamente y, cuando quedó embarazada, le practicó un aborto casero.

Texto redactado a partir del artículo publicado en LifeNews




Se ha denunciado durante años cómo el aborto se utiliza en las formas más horrendas contra mujeres víctimas de violación.  Las clínicas de aborto generalmente miran hacia otro lado y sacan provecho de abortos realizados a jóvenes, víctimas de violencia sexual que muchas veces no denuncian la violación a las autoridades o lo hacen con demora,  dificultando los esfuerzos de la policía para procesar al violador.

Un caso en Inglaterra muestra cómo el aborto es el mejor aliado del violador y sirve para cubrir sus huellas y ocultar la evidencia más clara de la violación: un bebé.

Hollie Davey, de Essex, se crió en una familia de adopción. En el año 2001, a  los 13 años, quiso conocer a su padre biológico puesto que su madre biológica ya había muerto. Empezó su búsqueda  y consiguió encontrarlo.

“Cuando llegué a su casa -relata Hollie- un hombre de pelo gris abrió la puerta y me preguntó si me podía ayudar. Le dije que yo era su hija y aunque parecía sorprendido, él me estrechó  con un abrazo. Dijo que había estado esperando el momento en que me conociera”.

Éste le pidió que se fuera a vivir con él y allí comenzó  su pesadilla. Empezó a ser abusada sexualmente de forma reiterada por su padre que la obligaba a vestirse de novia y quedó embarazada dos veces. La primera vez, su padre le hizo un aborto casero que fue horrible para ambos: Hollie y su bebé. La segunda vez que Hollie quedó embarazada, se quedó con el bebé, diciendo que el niño era suyo a pesar de que hubiera sido concebido en  esas terribles circunstancias.

Hollie Davey que tiene ahora 28 años y es madre de tres hijas de corta edad, ha relatado  por primera vez su terrible experiencia tras el encarcelamiento de su padre en 2013 y afirma  que nunca superará lo que le hizo al haberle robado su niñez.


Según cuenta su padre visitaba su  habitación todas las noches para acosarla sexualmente.  "Él me llamaba su 'chica especial' y yo me quedaba como muerta en la cama, deseando  que eso no estuviera pasando".

Davey siguió violando a su hija durante meses y finalmente ella quedó embarazada.  Desesperado, la obligó a tomar una botella de ginebra y luego le hizo un aborto casero con una aguja para tejer.
Hollie explica: "Recuerdo que la sangre corría por mis piernas y debió de  asustar a mi papá porque me llevó al hospital. Quise contarle a las enfermeras: ‘Mi padre me hizo esto’, pero estaba aterrada de pensar  las consecuencias. Sí que pensé que esto lo asustaría para que dejara de violarme pero me equivoqué”.

A los 15 años, la muchacha quedó embarazada por segunda vez, pero en esta ocasión se lo ocultó a su padre.

Ella explica cómo razonó : "Aunque el bebé había sido creado por un monstruo, era mi bebé".
Entonces, una noche, cuando su papá estaba dormido, Hollie se percató  de que la puerta estaba sin llave y escapó: "Me di cuenta de que, finalmente, era libre".

Meses después dio a luz a su hijo pero los servicios sociales se lo llevaron.

Culpó a su padre y tomó la decisión de  no dejar que destruyera más  su vida. Comenzó la universidad y alquiló  su propio piso.

Pero un día se percató de que su padre seguía libre y rondando por ahí y podía abusar de otros niños así que contactó con un abogado y fue a la policía.

En julio de 2013, Paul Davey, entonces de 63 años, declaró en el Tribunal Penal de Ipswich y se declaró culpable de violación, asalto indecente y un intento de procurar un aborto involuntario.

Fue declarado culpable de todos los cargos y condenado a 16 años de cárcel. 

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